Mis manos sostienen mis pensamientos
La penumbra de mi habitación se convierte
en cómplice de mis dolores y batallas internas
Mis ojos se empañan y no veo claramente
¿Quién soy? Me pregunto
¿Porque en todos lados no puedo ser yo?
¿Porque la luz se vuelve lúgubre
y aflora la soledad más que nunca?

Correr con la seguridad de un niño quiero
No temer al tiempo ni al enemigo
No dudar de la palabra del amigo
Reír con las cosas simples
Disfrutar de un dulce al atardecer
Sentir alegría en el corazón
Dormir en Paz al llegar la noche

Levántate me susurra una voz y sé tú
Pero no puedo, estoy vencido, cansado, moribundo
Alma mía no desfallezcas

¿A dónde ir y a quien contar estas penas?
¿De quién recibir el consuelo que deseo?

De pronto despierto y descubro
que dormí con la pena en el alma
y hoy siento un dolor no físico,
un dolor en el alma, 
Pero sé que pasará...

Mis manos sostienen mis pensamientos
La penumbra se desvanece en la habitación
... El sol entró por esa ventana
Suspiro, sobreviviré...